Cuidados del posparto inmediato
Beatriz Gisbert Morant • 19 de julio de 2021
Todo lo que debes saber durante las primeras semanas tras el parto

Normalmente no nos encontramos bien tras el parto. El cuerpo ha realizado un gran trabajo, un esfuerzo considerable y nos enfrentamos a una situación nueva, desconocida para nosotras. Es un momento de grandes cambios, a nivel físico, emocional y familiar. Entre el cuidado del bebé y tantas novedades, puede que esas primeras semanas sean una etapa de adaptación y búsqueda de la normalidad en medio de un poco caos.
Busca apoyo emocional y para la lactancia si lo necesitas. Nosotras te contamos cómo cuidarte físicamente en este periodo tan vulnerable, sobre todo para el periné.
Posparto inmediato: La cuarentena
Es un periodo de vulnerabilidad fisiológica en el que debemos asegurar darle al cuerpo todos los cuidados necesarios para su más pronta recuperación. La pelvis que ha sufrido un "esguince fisiológico" necesita tiempo para recuperarse. Es por ello que la mujer deberá, sobre todo las tres primeras semanas, permanecer tranquila y no hacer esfuerzos físicos, centrando sus energías en su autocuidado y el de su bebé.
Los cuidados en el posparto se pueden clasificar en tres grupos: físicos, nutricionales y emocionales. Otros profesionales sanitarios son expertos en los dos últimos, nosotras vamos a centrarnos en los físicos.
Cuidados físicos:
En cuanto a los cuidados físicos es importante saber:
- Recomendamos una deambulación precoz
pero combinar varias posturas, pasar algún tiempo tumbada y sentada, mejor cambiar de postura y caminar que "estar de plantón".
- Los loquios: son las pérdidas de sangre vaginales (tipo regla) que se mantienen habitualmente tras 2 -4 semanas después el parto. Duran más si es parto ha sido por cesárea que si ha sido un parto vaginal. En las 24 horas posteriores al parto que se pueden controlar con compresas de algodón orgánico transpirable. Nunca se tratarán con tampones o copas menstruales. En caso de fiebre, mal olor del flujo o cantidad - duración del sangrado anormal, se deberá consultar con el ginecólogo o matrona.
No hay que asustarse si se expulsa algún coágulo de sangre pues es normal, aunque sea de gran tamaño, tras unos días deberá ir remitiendo la hemorragia.
- Los entuertos: son las contracciones uterinas que continúan tras el pato y se producen para que el órgano vuelva a su tamaño. Garantizan el cese progresivo de la hemorragia y son dolorosas en algunas mujeres, sobre todo las que han dado a luz más de una vez. La lactancia materna y la succión del bebé en el pecho estimula la liberación oxitocina en la madre y eso puede activar la intensidad de estos entuertos. Por eso en las madres lactantes la duración de los loquios suele ser menor y el útero se contrae antes, mejorando su recuperación. Para controlar el dolor de los mismos, podemos hacer respiraciones abdominales, modificar la posición y realizar relajación mental.
- El dolor perineal:
Tengas o no puntos, es frecuente tener contusionada la vulva y el perineo. Lo más sencillo para manejar estas molestias es aplicar frío local (nunca directo sobre la piel) si existe inflamación en vulva, periné o ano. A veces son las hemorroides
las que dan más problemas a este nivel y también se deberían tratar con frío u pomadas compatibles con la lactancia en el caso de que se opte por ella. También podemos tomar cápsulas de árnica ya que es un antiinflamatorio natural o algún parecetamol.
- Es muy importante evitar el estreñimiento
en el posparto inmediato y no hacer esfuerzos al defecar. Es muy frecuente la sensación de vulnerabilidad en esta zona tras el parto. Se recomienda llevar unas pautas de alimentación especialmente laxantes basadas en frutas y verduras, si es necesario tomar algún laxante o poner algún enema puntual será más conveniente que hacer esfuerzos de pujo que pueden lastimar el perineo o retrasar el momento defecatorio por miedo. Si retrasas en momento de defecar solo conseguirás que las heces sean más duras y el momento sea más doloroso.
. Por otro lado, si existen cicatrices
ya sea de episiotomía o cesárea, puedes notar molestias, dolor y tirantez durante algunos días. Más tarde se puede sentir acorchamiento o sensibilidad en la zona debido a las lesiones que ha ocasionado la herida en las pequeñas terminaciones nerviosas de la zona. En cualquier caso, deberemos desinfectar la zona y mantener la piel limpia y seca todo el día en la medida de lo posible. En las episiotomía o puntos en la vulva cambiar con frecuencia las compresas para que los loquios no humedezcan la herida. En las cesáreas a veces se utilizan parches cicatrizantes que no se retiran, en ese caso no quitarlos y seguir indicaciones médicas. En los demás casos, lavar la zona y secarla bien con secador o con toques de toalla o gasas. Además, recomendamos no utilizar ropa que presione la zona de la cicatriz y realizar un masaje con aceite para evitar que la cicatriz se quede adherida al tejido celular subcutáneo. También se puede aplicar encima de la cicatriz el líquido de una infusión de tomillo una vez enfriado, con una gasa o algodón ya que esta planta tiene propiedades cicatrizantes.
- En cuanto al cuidado de las mamas, si con la lactancia aparecieran grietas o existiera mucho dolor, es importante acudir a una matrona o especialista en lactancia para valorar el correcto agarre del bebé.
- Cuidados de la piel, es muy importante seguir cuidando la piel, al igual que durante el embarazo. Debemos seguir poniendo aceite de almendras o de rosa mosqueta desde pecho a rodillas, insistiendo en caderas y abdomen. Debemos favorecer que se recupere y sobre todo si hubieran estrías y mucha flaccidez. La piel se ha distendido mucho y se queda laxa, como si fuera una camisa 3 tallas grande. Si persiste la piel laxa tras dos meses de haber dado a luz y no se recupera espontáneamente, podríamos aplicar en consulta la diatermia con cremas reafirmantes profesionales podría ayudar tras la cuarentena.
- Cuidados del periné
en esta etapa serán importantísimos, por eso te ofrecemos una serie de recomendaciones:
- Evita largos periodos de pie, mejor paseos cortos y frecuentes y cambiar de postura a lo largo del día.
- Controla tu postura, elonga la columna e imagina que te tiran desde la cabeza con un cable imaginario, ponte recta y evita malas posturas mantenidas, como por ejemplo al dar el pecho o biberón al bebé. Utiliza apoyos en la espalda y en tus muslos con cojines que te ayuden a descargar el peso.
- Evita el estreñimiento a toda costa. Cuida tu alimentación y evita hacer pujos. Si te han dado puntos en el periné, puedes estabilizar la cicatriz con tus dedos en el momento de la salida de las heces para protegerla.
- Cuando tosas o estornudes sujeta tu abdomen con las manos, como cuando estabas embarazada; y activa tu suelo pélvico justo antes del gesto de toser o estornudar.
- Realiza una valoración de fisioterapia de suelo pélvico, abdomen y lumbosacra tras el parto. Si has tenido un parto vaginal, deberás esperar al menos un mes y medio y has dado a luz por cesárea al menos 2 meses.
- No cargues pesos, no corras ni saltes ni hagas esfuerzos físicos de ningún tipo hasta al menos 3 meses tras el parto.
- Realiza ejercicios de suelo pélvico suaves lo antes posible preferiblemente supervisados por un profesional.
- Antes de retomar cualquier actividad física o deportiva, deben haber pasado al menos 4 meses por norma general. La recuperación a nivel muscular se logra a partir de los 4 o a veces 5 meses tras el parto.
- En el caso de haber tenido un parto complicado, puntos o cesárea deberás esperar probablemente aún más tiempo. Te recomendamos una revisión para valorar el estado de recuperación de tu compartimento abdomino-pélvico y para que tu vuelta a la actividad deportiva no sea perjudicial.
Son unos consejos de tus fisios de suelo pélvico de confianza. Un saludo cordial y esperamos que te haya gustado esta entrada.
Rocío y Beatriz.
Salud y Suelo Pélvico

¿Por qué entrenar fuerza durante la menopausia? El entrenamiento de fuerza no es solo para personas jóvenes o para quienes quieren "ganar músculo". Es esencial para todas las mujeres a partir de los 40 años, y aún más durante y después de la menopausia. Hay un falso mito respecto a las actividades que ya no se pueden hacer a determinadas edades, pues puedes hacerlo con supervisión y control de personas expertas como nosotras que te animaremos y cuidaremos para que no te lesiones ni hagas animaladas. Sobre todo si tienes algún problema de suelo pélvico, el entrenamiento debe ser prudente, progresivo, guiado por la respiración y sin impacto. Pero eso no quiere decir que no sea intenso, eficaz. Los cambios hormonales de menopausia, tienen algunas repercusiones en la salud física, anímica y emocional de las mujeres debido a sobre todo la falta de producción de estrógenos por parte de los ovarios. Algunas de ellas son: osteopenia, pérdida de masa muscular, cambios de humor, ganancia de peso, sofocos, fatiga, peor calidad del sueño… Pero hay una muy buena noticia: muchas de ellas mejorarán simplemente con el ejercicio físico y un buen entrenamiento de fuerza Beneficios del entrenamiento regular: Previene la sarcopenia (pérdida de masa muscular relacionada con la edad). Aumenta la densidad ósea, ayudando a prevenir la osteoporosis. Mejora la postura y el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas. Activa el metabolismo, ayudando a controlar el peso. Reduce dolores articulares y de espalda. Ejemplos de ejercicios de fuerza que se pueden hacer en clases colectivas de ejercicio funcional: Sentadillas (squats): Fortalecen piernas y glúteos. Flexiones de brazos (push-ups): Trabajan pecho, hombros y brazos. Peso muerto con mancuernas: Excelente para la espalda baja y piernas. Elevaciones laterales, diagonales y remos de brazos: Para tonificar hombros y musculatura escapular y de la espalda. Puente de glúteos: Mejora la estabilidad de la pelvis y fortalece los glúteos. Si incorporas el suelo pélvico y el abdomen es un ejercicio muy completo y seguro. Puedes realizar estos ejercicios con pesas, bandas elásticas o incluso con tu propio peso corporal, lo que harán posible la progresión y resistencia adecuada en cada actividad. 🕒 Recomendación: 2 a 3 veces por semana, con 2 a 3 series de 8 a 12 repeticiones por ejercicio. Este es el modelo que seguimos en nuestras clases de ejercicio terapéutico FUNC (Funcional&Core) dedicadas especialmente a las mujeres de edad madura que deben entrenar sin lesionarse y con supervisión de una fisio. Y complementa tu rutina semanal con actividades diarias de ejercicio de resistencia, puedes hacerlo por tu cuenta. Elige algo que te guste y resulte atractivo. ¿Qué es el entrenamiento de resistencia y por qué hacerlo? También conocido como cardiovascular, este tipo de ejercicio mantiene tu corazón fuerte, mejora la circulación y ayuda a oxigenar todo el cuerpo. Es de mediana intensidad se mantiene en tiempos cortos o moderados, suele hacer sudar y aclara el corazón y la respiración. Beneficios: Mejora la salud del corazón y reduce el colesterol. Ayuda a controlar la presión arterial y el azúcar en sangre. Disminuye la grasa abdominal. Mejora el estado de ánimo y reduce el estrés. Favorece el sueño profundo y reparador. Ejemplos de ejercicios de resistencia sin impacto adecuados para la etapa de a menopausia y respetuosos con el suelo pélvico: Caminar a paso ligero (ideal si estás empezando). Bicicleta estática o al aire libre, elíptica, remo... Nadar o hacer aquagym. Subir y bajar escaleras. Bailar o hacer clases de aeróbicos sin saltos. Elige un tipo de ejercicio que te guste y te haga sudar. Mejor si puedes realizarlo en compañía para motivarte y ser constante. Puedes hacerlo más interesante e intenso si cambias de ritmo, es decir, si intercalas unos 1-3 minutos a mayor intensidad (75-80% de tu capacidad) y luego bajas de nuevo al ritmo moderado (50%), pero sin parar. 🕒 Recomendación: Al menos 150 minutos por semana, es decir, 30 minutos al día, 5 días a la semana. Salud mental y emocional: otro gran beneficio El ejercicio regular durante la menopausia no solo fortalece el cuerpo, también calma la mente. El movimiento activa neurotransmisores como las endorfinas, la dopamina y la serotonina, que contribuyen al bienestar emocional, reducen la ansiedad y mejoran el estado de ánimo. Muchas mujeres reportan una sensación de empoderamiento, mayor autoestima y control sobre su cuerpo al incorporar rutinas de ejercicio constantes y en grupos con ambientes amigables, respetuosos y socializan con otras mujeres lo que anima a compartir experiencias, el grupo y el compromiso anima a la constancia a a la adherencia al entrenamiento. Tú sola en casa no lo harías , pero si sabes que te están esperando y lo haces con otras personas seguro que es más divertido. ¿Cómo empezar? Consulta con nosotras antes de comenzar si tienes alguna condición previa. Elige ejercicios que disfrutes, para que puedas mantenerlos a largo plazo. Empieza despacio y ve aumentando la intensidad progresivamente, si tienes alguna lesión o dolor previo consulta con tu fisio de confianza, nosotras podemos ayudarte y modificar el ejercicio para que sea adecuado para ti. Combina fuerza y resistencia para un enfoque completo y equilibrado. Escucha tu cuerpo: Descansa si lo necesitas y prioriza la buena técnica sobre el número de repeticiones. Bebe mucha agua, hidrata tu cuerpo, tus células, tus tejidos. Sobre todo si haces ejercicio la hidratación es muy importante. La menopausia no tiene por qué vivirse como una etapa de declive. Todo lo contrario: es una nueva fase en la que puedes reconectar contigo misma y mejorar tu salud de forma integral. El entrenamiento de fuerza y resistencia te ayudará a conservar la vitalidad, prevenir enfermedades y sentirte más fuerte, por dentro y por fuera. No se trata de entrenar para “verse bien”, sino de vivir mejor. Tu cuerpo te acompaña toda la vida. ¡Es hora de cuidarlo con movimiento! ¿Te animas a probar nuestros grupos específicos de entrenamiento? Te hacemos una valoración fisioterápica y te regalamos una sesión de entrenamiento grupal con otras mujeres para cuidar tu salud.

Tres mitos del ejercicio físico en el embarazo los derrumbamos pues es malo en el embarazo, se puede hacer ejercicio abdominal transverso abdominal y se debe entrenar el suelo pélvico para el parto pues s beneficioso estar activa y recomendamos el masaje perineal en la semana 37 de embarazo. Hay evidencia científica que lo demuestra y hacer actividad física es conveniente y tiene beneficios.

El manteo o rebozo es una técnica ancestral que utiliza un rebozo o pañuelo para masajear la pelvis y otras partes del cuerpo. Es muy recomendable en el embarazo y también durante el parto, por ser muy relajante y aliviar las molestias que padece la madre. Favorece de la dilatación y mejora la experiencia del parto. ¿Quieres saber más sobre el mateo? Sigue leyendo.